El abogado resaltó la responsabilidad de todos los implicados en el asesinato del joven a la salida de un boliche en Villa Gesell.
Tras casi seis meses de investigación, finalmente las pericias confirmaron que la zapatilla negra ensangrentada, que fue clave en el asesinato de Fernando Báez Sosa, pertenece a Máximo Thomsen.
La marca del calzado estaba en el cuerpo de Fernando y, tras comprar la suela del zapato con la marca de la plantilla, se demostró que se trataba de la misma zapatilla.
«Hay que aclarar que el peritaje es importante, pero no lo más importante. No tenemos que confundir este resultado con el ataque en manada que sufrió Fernando. Estas pericias nos aclaran cuál ha sido la participación de alguno de los imputados en un hecho que son responsables todos, incluso los liberados», explicó Fernando Burlando, abogado de la familia de Baez Sosa, en diálogo con Telam.
«Esta patada brutal no es lo que determinó la muerte de Fernando. La muerte de Fernando fue resultado del aporte de todos, los golpes cobardes de distintos flancos y la agresión a toda su humanidad. Que estos aportes importantes, no empañen la verdadera responsabilidad de estos chacales», agregó.
Fernando Báez Sosa fue asesinado el sábado 18 de enero a la madrugada en la puerta del boliche Le Brique, en el centro de Villa Gesell. El joven fue atacado por diez rugbiers, quienes le quitaron la vida a golpes. Por su homicidio quedaron detenidos ocho de los atacantes y otros dos quedaron imputados como partícipes necesarios pero fueron excarcelados.
Por el asesinato de Fernando están detenidos y procesados Máximo Thomsen , Ciro Pertosi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz. Ellos son considerados coautores del delito de «homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas». Además, están acusados como «participes necesarios» Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, quienes fueron excarcelados.
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