En el marco del 51° Congreso Argentino de Cardiología (SAC 2025), que se desarrolla hasta el 17 de octubre en la Ciudad de Buenos Aires, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) presentará oficialmente el programa Redes que Salvan Vidas. El proyecto parte de la premisa de que más del 90% de los decesos por infarto ocurre antes de que el paciente ingrese al hospital, lo que subraya la relevancia de la atención rápida y la cadena prehospitalaria.
Herramientas y apoyo
Según se indicó, el programa Redes que Salvan Vidas tiene por objetivo brindar herramientas, apoyo científico, capacitación y seguimiento para que cada región adapte su propia red de atención al infarto, con criterios uniformes pero flexibles.
“Nuestro objetivo es que cada provincia o municipio que se incorpore diseñe su propia red, con acompañamiento experto, y no un modelo impuesto desde cada centro médico. La heterogeneidad del país exige soluciones flexibles”, afirmó por su parte el doctor Sergio Baratta, presidente electo de la SAC.
“Esta iniciativa representa un paso decisivo para construir un sistema de atención más racional, equitativo y eficaz frente al infarto. No basta con tener centros de alta complejidad: hay que garantizar que el paciente llegue a tiempo”, agregó Baratta.
Diagnósticos y derivaciones
De acuerdo con el comunicado de la SAC, “la iniciativa busca que, en cada lugar, pueda lograrse un diagnóstico prehospitalario (realizado por la ambulancia) que identifique precozmente al paciente con infarto, y según la situación lo derive adecuadamente: 1) Si la ambulancia identifica el infarto en curso, trasladar directamente al centro de alta complejidad (preferiblemente); 2) Si el paciente llega por sus propios medios, idealmente que se realice una angioplastia dentro de los primeros 120 minutos desde el inicio de síntomas; 3) Si el paciente llega a un hospital que no tiene capacidad de realizar una angioplastia, administrarle fibrinolíticos (medicación endovenosa para disolución del trombo) y luego trasladarlo a otro centro asistencial para completar el tratamiento de reperfusión coronaria mediante una angioplastia (estrategia denominada fármaco-invasiva)”.
“La puesta en marcha de redes de atención bien coordinadas ha demostrado en distintos países una reducción de la mortalidad por infarto, menor daño al miocardio (más tejido salvado), menos complicaciones (como insuficiencia cardíaca o arritmias) y mejora del pronóstico a mediano y largo plazo”, indicó por su parte la doctora Mirta Diez, presidenta del Comité Científico del SAC 2025.
Escalonadas
“La expectativa es que, al implementar redes escalonadas con tiempos optimizados, se pueda reducir el porcentaje de muertes extrahospitalarias, y dentro de los hospitales disminuir la mortalidad intrahospitalaria, mejorar la tasa de reperfusión y acortar los tiempos totales de isquemia”, destacaron desde la Sociedad Argentina de Cardiología.
Agregaron que “el impacto también puede traducirse en disminución de costos evitables (menor hospitalización, menores complicaciones), mejor calidad de vida para los pacientes y mayor eficiencia del sistema de salud”.
Además, “la iniciativa tiene un valor simbólico: marcar un camino organizado y federal en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares, promoviendo alianzas entre gobiernos, instituciones y profesionales”.
Desafíos
Hasta el momento, demostraron interés en Redes que Salvan Vidas las provincias de Misiones y Catamarca, la ciudad de Santa Fe, el Alto Valle de Río Negro y la localidad de Pilar en la provincia de Buenos Aires.
“Implementar redes de atención no está exento de desafíos, particularmente en un país con características como Argentina, con disparidad en infraestructura sanitaria entre regiones, dificultades de transporte en territorios rurales o de difícil acceso, recursos humanos especializados no disponibles en todas las zonas, resistencias organizacionales o burocráticas en algunos niveles, necesidad de coordinación entre distintos actores (gobiernos provinciales, municipios, hospitales públicos y privados), necesidad de financiamiento sostenido para mantenimiento de la red y de monitoreo constante y adaptación a la realidad cambiante, entre otros”, señalaron desde la SAC.
“Para superar estas barreras, el programa prevé acompañamiento técnico regional, capacitaciones continuas, auditoría y supervisión de procesos, espacio de intercambio entre regiones y flexibilidad para adaptar el modelo a cada contexto, sin pretender imponer una solución única”, aclaró el doctor Baratta.
“Con esta iniciativa, la Sociedad Argentina de Cardiología aspira a promover un cambio estructural en la atención del infarto en el país. Redes que Salvan Vidas no es simplemente un programa técnico, sino una invitación a construir una nueva cultura del infarto: aquella en la que los ciudadanos reciban atención rápida y coordinada, sin importar dónde vivan, y los resultados clínicos mejoren de manera sostenida”, concluyó Stutzbach.
