29 octubre, 2025

Colecho y muerte súbita en bebés: advertencia y preocupación de pediatras

Así lo indica un nuevo documento de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), que asegura que hay una muerte súbita por semana en menores de un año. Recomendaciones para un sueño seguro.

El colecho tiene fanáticos y detractores. Es uno de esos temas que genera grieta. Lo cierto es que el hábito de que los padres duerman en la misma cama con los bebés y niños pequeños sigue en discusión, ya que poco se sabe de los beneficios o consecuencias en el desarrollo. Pero hay otra arista de esta situación que, sin duda, debe generar conciencia y consenso: la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) acaba de publicar un documento en el que ubica al colecho como una de las posibles causas de la muerte súbita en menores de un año.

La preocupación de la SAP surge ya que, en promedio, hay un caso de muerte súbita por semana en el país en los lactantes menores de 12 meses, según datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación. Concretamente, se producen anualmente 149 fallecimientos domiciliarios en niños de ese rango etario, de los cuales 73 corresponden a muertes súbitas e inesperadas del lactante.

“Se denomina muerte súbita e inesperada del lactante (MSIL) al fallecimiento de un niño de hasta 1 año de edad (de entre 7 y 365 días de vida) que en las 24 horas previas no se esperaba que ocurriera y cuya causa se desconoce antes de la investigación médica y legal”, indica el documento de la SAP. Los pediatras afirman que estos decesos generalmente se producen en el domicilio durante el sueño del bebé, con más frecuencia en los menores de 6 meses.

El documento fue elaborado por el Grupo de Trabajo de Muerte Súbita y Trastornos del Sueño y por el Comité de Pediatría Ambulatoria, ambos de la SAP. Desde la entidad enfatizan en la necesidad de que los bebés duerman boca arriba, pero en su propia cuna.

Datos del Ministerio de Salud que suman fundamento al informe de la SAP indican que “la ocurrencia de muerte súbita es ocho veces mayor en los niños que duermen en la cama de los adultos y 17 veces mayor en los que duermen sobre un sofá. El riesgo que genera el colecho (compartir la cama con el bebé) es mayor cuanto más se prolonga esta práctica durante la noche. Las causas de este incremento consistirían en estrés térmicoaplastamiento del adulto sobre el niño y obstrucción de la vía aérea como consecuencia de la cabeza cubierta o la posición de costado”.

Consejos para las familias

Ante la preocupación que generan los datos, la SAP elaboró una serie de recomendaciones para que los bebés puedan dormir mejor y en condiciones más seguras:

  • Que la cuna esté en la misma habitación de las personas que ejercen el cuidado, sin compartir la cama, al menos durante los primeros 6 meses.
  • Acostar al bebé en posición boca arriba para dormir sobre una superficie firme, plana, no inclinada, que no deje espacios entre el colchón y la cuna. Idealmente con los brazos por arriba de la sábana.
  • La posición de costado no se recomienda porque facilita la rotación hacia la posición boca abajo.
  • En la cuna no debe haber almohadas, nidos de contención, chichonera, peluches, ropa suelta, colchas o edredones.
  • La altura de las barandas debe ser de 60 cm, como mínimo, y que no sean parcialmente rebatibles. Si la cuna tiene barrotes, la separación entre ellos debe ser mayor de 4,5 cm y menor de 6 cm.
  • El chupete disminuye el riesgo de muerte súbita. Se puede ofrecer antes de que el bebé se duerma, a partir del momento en que la lactancia esté bien establecida, que es cuando el bebé está aumentando de peso y no hay problemas con el amamantamiento. Nunca colocarle el chupete si ya está dormido, porque puede empujar la lengua hacia adentro.
  • Evitar el sobreabrigo del bebé y la cobertura de la cabeza; las sábanas o mantas sólo deben cubrir hasta la línea axilar; no colocarle gorro en ambientes de temperatura agradable.
  • Se consideran de riesgo para dormir, los productos para mantener al bebé inclinado o sentado (huevito, silla de auto, cuñas y dispositivos de posicionamiento).
  • El humo de tabaco, en cualquier ambiente de la vivienda donde habita el niño, genera un alto riesgo convirtiéndolo en un fumador pasivo. El tabaco inhibe el mecanismo de defensa ante algún déficit de oxígeno que pudiera suceder, impide el microdespertar que salva la vida ante la asfixia.
  • En los casos en que el adulto se duerma mientras alimenta al bebé, se reconoce que es menos peligroso si ocurre en la cama del adulto (aunque no es recomendable) que dormirse amamantando en un sofá; el bebé se puede deslizar y quedar en una posición en la que se asfixie.

Finalmente, el documento hace un llamado a “comprometer a todos los profesionales de la salud, a los medios de comunicación, a las redes sociales, a fabricantes y vendedores de objetos para lactantes, para que las recomendaciones sobre sueño seguro se conviertan en una norma social”.