El periodista manifestó que se había ilusionado con que «vendría un mundo mejor» pero que las evidencias le señalan lo contrario.
Todos soñamos con el día en el que se levante la cuarentena y podamos volver a nuestra vida normal. Mientras esperamos desde casa que esto suceda, miramos atentos lo que pasa en otras partes del mundo.
Sobre esto, el Gato Sylvestre puso los ojos en las revueltas en Estados Unidos e hizo un análisis en su editorial: “Algunos países lentamente se van recuperando, pero España tuvo algunos rebrotes por la irresponsabilidad de muchos españoles, que hace dos semanas atrás salieron con tutti las calles, lo mismo están teniendo ahora en Italia”.
“El mundo se ve convulsionado. Los hechos que han pasado ayer en Estados Unidos siguen. Seis días de protestas ya. Por primera vez veo revistas internacionales marcan que la Casa Blanca se apagó por completo, se oscureció, apagaron todas las luces”, continuó en Mañana Sylvestre.
“Trump está en el bunker de la Casa Blanca. Temiéndole a qué, pregunto. ¿Al pueblo que se manifestaba? ¿Al que Trump califica de terrorista? Porque dijo que les va a aplicar la categoría de terrorista para reprimirlo. Esto es la locura de parte de este mundo, que no logra habituarse a lo que estamos viviendo”, agregó.
Finalmente, el periodista se mostró decepcionado con cómo imagina el desenlace de la pandemia de coronavirus en el futuro: “Lamentablemente, yo era de los que pensaba que después de esta pandemia, que ha sorprendido al mundo, iba a salir un mundo diferente. Creo que va a salir un mundo peor, me da la impresión”.
“Creo que va a ser un mundo donde se va a exacerbar el odio, el racismo, donde el capitalismo va a tratar de apretar mucho más de lo que ha venido apretando. Me parece que va a tener que haber una reacción de la gente, de las poblaciones, contra estos gobernantes que no escuchan, como Donald Trump, que lo único que dice es que va a mandar a la Guardia Nacional para reprimirlos con balas. Las sociedades deberán movilizarse para evitar los delirios de grupos minúsculos, como ocurre aquí en Argentina«, cerró.
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