El motochorro que mató a la psicóloga había atacado a otra mujer cuatro días antes: la dejó en silla de ruedas

El ataque ocurrió el lunes 15 de marzo cuando la mujer, identificada como Raquel de 57 años, caminaba por Buenos Aires al 700, localidad de Castelar.

Alejandro Miguel Ochoa tiene 55 años y su nombre recorrió todos los medios y canales de televisión luego de protagonizar el violento ataque que le costó la vida a la psicóloga María Rosa Daglio. El viernes 19 de marzo y a bordo de su moto, Ochoa sorprendió a la mujer que se encontraba hablando por teléfono con un paciente en la puerta de su domicilio, ubicado en la calle Belgrano al 300, e intentó arrebatarle la cartera.

Como consecuencia, la mujer fue arrojada al suelo y golpeó su cabeza contra la vereda. La psicóloga social fue atendida de inmediato por vecinos y por personal de la Comisaría 2ª de Ramos Mejía, quienes le comenzaron a realizar maniobras de RCP. Luego, fue trasladada de urgencia al Hospital Haedo donde al cabo de unas horas se terminó de constatar su muerte por un paro cardiorrespiratorio.

Pero este no fue un hecho aislado, ya que el motochorro había atacado a otra mujer cuatro días antes del homicidio. Tal y como muestran las imágenes a las que accedió este portal, el ataque ocurrió el lunes 15 de marzo cuando la mujer, identificada como Raquel de 57 años, caminaba por Buenos Aires al 700, localidad de Castelar. Una vez más, apareció Ochoa que, con el mismo modus operandi, le quitó sus pertenencias a la mujer.

De acuerdo con las imágenes tomadas por la cámara de seguridad de la zona, la mujer fue arrojada de manera abrupta contra la vereda mientras el motochorro se llevaba su bolso: el impacto fue tal que Raquel quedó inconsciente hasta que fue asistida por dos vecinos. El ataque de Ochoa le ocasionó fractura de cadera y clavícula, por lo que debió ser internada y tendrá que pasar el siguiente mes en silla de ruedas. Por está razón, sus familiares no hicieron la denuncia.

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Sin embargo, al ver lo que le ocurrió a Daglia cuatro días después, Raquel decidió contar lo sucedido. “Estuvimos toda la semana en la clínica. Cuando ella vio las imágenes imaginó que podría ser la misma persona. Después nos facilitaron el video (de Daglia) y ahí se quebró porque se puso en el lugar de la otra persona. Quiero transmitirle nuestro sentido pésame a la familia”, dijo Enrique, marido de Raquel.

Y agregó: “No hicimos la denuncia porque estuvimos toda la semana en la clínica y después cuando realmente nos dieron el alta estábamos ocupados en ver cómo la atendían. Mi señora decía que le parecía que es la misma persona. En un principio no lo relacionamos porque estábamos con nuestras cosas y después vimos que estaba muy relacionado”.

Una vez se recupere de los golpes, Raquel realizará la denuncia contra Ochoa: “Por suerte mi señora está bastante bien porque está mejor de lo que pensábamos. El diagnóstico inicial era tres meses en cama sin moverse pero por suerte no fue así. Por suerte puede estar en una silla de ruedas y no postrada en una cama. Está en casa. No se puede mover porque tiene fractura en clavícula y en la pelvis. Los movimientos son muy limitados. Si se mueve le duele mucho”.

Guillermo Nicora, el fiscal de Mar del Plata que intervino en 2017 en el juicio en el que Ochoa había sido sentenciado a 8 años y medio de prisión sostuvo que el acusado «tenía pedido de captura desde hace cinco meses» y que «debía cumplir condena hasta el 16 de agosto de 2024». Además, detalló que quedó bajo arresto domiciliario porque su defensa había requerido ese beneficio durante la pandemia del coronavirus por razones médicas, «vinculadas a una enfermedad respiratoria».

Nicora estuvo a cargo de la acusación en el proceso en el que fue condenado Ochoa y explicó que el hombre cumplía condena en la Unidad Penal 15 de Batán, cuando su defensor público presentó un pedido de detención domiciliaria al considerar que requería «protección individualizada por considerarse población de mayor riesgo ante la Covid-19».

«La defensa pública promovió este pedido, con sustento en las instrucciones del procurador General de la Suprema Corte de Justicia, impartidas a través de la Resolución 158/20 del 16 de marzo de 2020, dado que Ochoa, de acuerdo con los criterios epidemiológicos vigentes y las razones de salud pública involucradas, requiere una protección individualizada por considerarse población de mayor riesgo», explicó el fiscal.

En ese sentido, señaló que el juez de Ejecución Penal 1, Ricardo Perdichizzi, «rechazó el pedido, y ese rechazo fue revocado por la Cámara de Apelaciones» local. Nicora indicó que Ochoa fue sentenciado en marzo de 2017 por el juez del Tribunal Oral en lo Criminal 4 Jorge Peralta, a 8 años y medio de prisión por robo agravado por lesiones graves, del que resultó víctima una mujer, quien sufrió fracturas en un brazo tras ser arrastrada por la moto que conducía el imputado.

«Logramos un condena importante, la defensa apela ese fallo y la Cámara de Casación confirma la sentencia pero redujo la pena a 8 años y cuatro meses, por lo que Ochoa debía cumplir condena hasta el 16 de agosto de 2024», precisó. En declaraciones al canal C5N, el fiscal señaló además que, ante el pedido de prisión domiciliaria por parte de la defensa, «el Servicio Penitenciario Bonaerense expresó que le parecía correcto porque no podían atenderlo por sus enfermedades».

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«El 29 de abril de 2020 se le da la libertad basado en lo que expresó el Servicio Penitenciario» y, de acuerdo con las condiciones fijadas, «Ochoa tenía que estar en prisión domiciliaria en Castelar». Nicora señaló que, tras ser acusado por un nuevo delito en octubre de 2020, en el partido bonaerense de Morón, el juez Predichizzi determinó que el hombre «violó las reglas» de su prisión domiciliaria y que «que se había fugado», por lo que «el 8 de octubre se ordenó la detención y captura».

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