Grindetti y Alberto Fernández se reunieron en Olivos

Participaron también del encuentro los intendentes Jorge Macri y Juan Zabaleta para hablar sobre una posible flexibilización del aislamiento en regiones del Interior.

El presidente Alberto Fernández recibió este mediodía en la Quinta de Olivos a tres intendentes del conurbano – dos de Juntos por el Cambio y uno del Frente de Todos – para analizar la situación en los distritos más poblados durante el transcurso de la primera semana de la cuarentena más estricta que dispuso el Gobierno en el AMBA.

En la residencia presidencial estuvieron los intendentes Jorge Macri (Vicente López), Néstor Grindetti (Lanús) y Juan Zabaleta (Hurlingham). La intención del Jefe de Estado es comenzar a dialogar con los jefes comunales para ver como estructurar la salida de la cuarentena. El tiempo después del período de aislamiento estricto que comenzó hace una semana y culminará el 17 de julio.

En el encuentro también se habló de la renegociación de la deuda que el Gobierno está llevando adelante con los acreedores. Los tres intendentes marcaron la importancia de lograr un acuerdo con los bonistas para poder generar condiciones que al país le permitan volver a tomar crédito y enfrentar el complejo escenario que dejará la pandemia en la economía local.

Los dos intendentes de la oposición le adelantaron que apoyan la renegociación y que les parece determinante cerrar el acuerdo para que después el país pueda tomar crédito con Organismos Multilaterales. La posibilidad de acceder a esos fondos será un alivio para las arcas oficiales pero también una ayuda importante para afrontar el desembolso de dinero que el Estado tiene previsto realizar en la etapa de recuperación post pandemia.

Una idea que generó tranquilidad entre los dirigentes de Juntos por el Cambio que veían con preocupación la posibilidad de que Argentina decida ingresar en la cesación de pagos y quede relegada frente a la posibilidad de conseguir créditos externos.

Alberto Fernández convocó a la reunión con un fin claro más allá de los temas específicos que se trataron. Mostrar a la sociedad que el trabajo en conjunto entre el oficialismo y la oposición en este tiempo de cuarentena se mantiene inquebrantable más allá de los cortocircuitos que se suscitaron en las últimas semanas, y más allá de las diferencias de criterio que pueda haber en las estrategias que se aplican.

Volvió a poner sobre la mesa la idea de trabajar en conjunto y en forma coordinada entre los intendentes, Axel Kicillof, Horacio Rodríguez Larreta y su gobierno. Un ejercicio clave para lograr una salida ordenada de la cuarentena y un plan de acción equilibrado en lo que respecta a la apertura de comercios, pymes y fábricas. Además, destacó que avanza en el diseño de la salida de la cuarentena con el gobernador bonaerense y el jefe de Gobierno porteño.

En esta oportunidad Grindetti, Macri y Zabaleta le pidieron a Fernández formar parte de la elaboración de un plan de acción para después del 17 de julio, cuando la cuarentena se flexibilice en el AMBA, salvo que la situación epidemiológica o el estado del sistema de salud no le permitan. Le dijeron al Presidente que son los que saben la realidad de los distritos al detalle, que conocen los comercios y pymes que tienen, y que cada ciudad implica una realidad distinta, por lo que la forma de ejecutar la flexibilización también debe ser diferente.

Los tres respaldaron la cuarentena estricta que decidió aplicar el Gobierno pero también manifestaron su preocupación creciente por la caída que de la actividad económica. Todos los días reciben el reclamo de los comerciantes y dueños de pequeñas empresas que entraron en estado de desesperación porque no encuentran más forma de sostener la fuente de trabajo.

Fernández les prometió hacerlos participes del diseño de plan para salir de la cuarentena. Escuharlos, tenerlos en cuenta. Una nueva señal de que el Presidente busca entablar acuerdos permanentes con los opositores que gobiernan porque entiende que la grieta generó un enorme hartazgo en la gente. Si a la crisis económica y la cuarentena se le suma la rivalidad política en la gestión, el clima social empeorará. De esa forma, al menos, muestran que la política trabaja en conjunto.

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