
Los vecinos del barrio Campomar en Valentín Alsina vivieron el pasado viernes una nueva jornada de angustia e indignación, al verse afectados por una intensa oleada de olores tóxicos que tornó el aire «verdaderamente irrespirable». Las miradas se vuelven a centrar en la fábrica Hebos SA, una grasería ubicada en la zona que, según los denunciantes, es la fuente de las emanaciones con un fuerte olor a pesticida.
Este incidente no es un hecho aislado. La fábrica ha sido señalada durante años por la comunidad local, que acumula denuncias por los malos olores que, según afirman, emanan de su producción. La recurrencia de estas situaciones ha generado un creciente malestar entre los residentes, que se sienten desprotegidos ante la falta de una solución definitiva por parte de las autoridades.
Ante la emergencia, la respuesta oficial fue rápida: se hicieron presentes en el lugar equipos de Defensa Civil, Bomberos y la Dirección de Fiscalización del Municipio de Lanús, quienes intervinieron para mitigar el impacto. Sin embargo, para los vecinos, estas intervenciones no son suficientes si no se ataca la raíz del problema. La pregunta que queda flotando en el aire es por qué, a pesar de las repetidas quejas, las autoridades no han logrado poner fin a un problema de salud ambiental que afecta directamente a la calidad de vida de las familias del barrio.