En el Mundial Sub-20 que se disputa en Chile se presentó una novedad que promete cambiar la forma de vivir los partidos, la tarjeta verde. Esta herramienta funciona como un recurso para que los entrenadores soliciten la revisión de jugadas puntuales a través de un sistema de video más simple y accesible que el VAR. Cada equipo tiene derecho a dos pedidos por encuentro y solo puede utilizarse en acciones determinantes como goles, penales, expulsiones directas o errores de identidad (por ejemplo si el arbitro amonesta al jugador equivocado).
La primera aparición se dio en el duelo que se disputo ayer entre Corea del Sur y Ucrania. Allí, ambos seleccionados recurrieron a la tarjeta verde en momentos claves, los asiáticos reclamaron una posible falta en el área que no prosperó, mientras que los europeos pidieron revisar un gol rival y lograron que se anule por posición adelantada. De esa manera, el estreno de la herramienta dejó en claro que puede tener un impacto directo en el resultado y abrió el debate sobre su implementación en competencias futuras.
El nuevo sistema busca ser una alternativa viable para torneos que no cuentan con la infraestructura del VAR, ya que requiere menos cámaras y personal técnico. Por ese motivo, se lo considera una innovación pensada para ampliar la justicia en el fútbol sin necesidad de grandes inversiones.
En este escenario se dará el debut de la Selección Argentina, que este domingo a la noche enfrentará a Cuba en Valparaíso. Será la primera vez que el conjunto dirigido por Diego Placente tenga a disposición este recurso, lo que suma un condimento especial a su estreno en el Grupo D, donde intentará dar el primer paso hacia un nuevo título en la categoría.
