En una noche de alta tensión política y tras un día de reacomodamientos en el Gabinete nacional, el presidente Javier Milei recibió al exmandatario Mauricio Macri en la Residencia de Olivos. El encuentro se produjo luego de la salida del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y del ministro del Interior, Lisandro Catalán, como parte de las reformas que el Gobierno impulsa puertas adentro y hacia la oposición.
La reunión, que se extendió durante la cena y tuvo como menú las tradicionales milanesas con ensalada, se centró en las reformas estructurales que La Libertad Avanza planea implementar tras su victoria en las elecciones legislativas. Entre ellas destacan cambios en el régimen laboral, el sistema tributario y el Código Penal, según adelantó Milei a los medios.
Primer encuentro tras las elecciones
Mauricio Macri ingresó a la Quinta pasadas las 19.30 horas por el acceso de Avenida Libertador. Para el líder del PRO, fue el primer encuentro formal con Milei tras los comicios. “Me invitó a comer algunas milanesas, vamos a hablar, él aceptó que vaya y le diga lo que pienso”, había anticipado Macri desde Chile, durante un seminario empresarial.
La Casa Rosada confirmó que la cena con Macri fue reprogramada tras una reunión que Milei mantuvo horas antes con 20 gobernadores, donde comenzó a delinear el camino hacia la aprobación de las reformas. El sondeo de apoyo entre las provincias es clave para la estrategia legislativa del Gobierno, que busca votos que respalden los cambios.
En una reciente entrevista, Milei reconoció las sugerencias de Macri y la dinámica de sus intercambios: “Me ha hecho sugerencias. Bueno, hoy en la dinámica, yo entiendo que hay cosas que me gustaría que funcionen mejor”. Con esa declaración, el Presidente dio señales de que el vínculo con el exmandatario se mantiene activo y en un tono de colaboración crítica.
Más vivo que nunca
En paralelo, Macri marcó una línea interna dentro del entramado opositor: aseguró que el PRO “está más vivo que nunca” y tendrá su propio candidato presidencial en 2027, año en el que Milei podría aspirar a su reelección. Sus dichos no cayeron bien en algunos sectores del Gobierno nacional, que se mostraron algo irónicos ante la expectativa electoral del expresidente.
“Es lo que tiene que hacer. Imagino que no está hablando de él porque hizo referencia a un candidato competitivo”, deslizó un funcionario de primera línea. Otra voz del gabinete fue más tajante: “No nos preocupa para nada. Es una frase totalmente intrascendente”.
La cena en Olivos exhibe así un entramado de tensiones y acuerdos tácitos, en medio de un reordenamiento político que Milei impulsa tanto dentro del Ejecutivo como hacia los espacios con los que intenta tejer gobernabilidad. El peso del vínculo con Macri y el futuro de la alianza con el PRO son piezas claves en un tablero político que comienza a dibujar el escenario hacia 2027.
