17 septiembre, 2025

Prevención de enfermedades cardiovasculares: hábitos, cuidados esenciales y primeros auxilios

Comer mejor, moverse más y dejar el cigarrillo: tres pasos simples que pueden salvar millones de vidas al año y mantener el corazón en buen estado.

La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de muerte en el mundo. De manera combinada, las condiciones que afectan al corazón o a los vasos sanguíneos (ataque cardíaco, ataque cerebrovascular e insuficiencia cardíaca) provocan la muerte de 18 millones de personas cada año. La mayoría de estas muertes ocurren en países de medios y bajos ingresos.

El 80% de las muertes prematuras por ECV se pueden prevenir haciendo pequeños cambios en nuestro estilo de vida: alimentación equilibrada, ejercicio y control del estrés. Así, podemos controlar mejor la salud de nuestro corazón y vencer las enfermedades cardiovasculares”, señaló la doctora Valeria El Haj, directora médica nacional de OSPEDYC.

Hábitos saludables

Entre las costumbres que podemos adquirir o cambiar para garantizar la salud del corazón, están las siguientes:

  • Alimentación sana y completa: alimentación equilibrada, consumir alimentos con Omega 3 (pescados), controlar el nivel de colesterol (grasas animales), bajar contenido de sal (sodio) en la dieta y reducir el consumo de alcohol.
  • Actividad física: el ejercicio físico aporta múltiples beneficios para la salud cardiovascular, ya que ayuda a mejorar los factores de riesgo y la función del endotelio, lo que se traduce en una menor probabilidad de desarrollar enfermedades cardíacas y de reducir la mortalidad. Los individuos físicamente activos tienen menores niveles de presión arterial, mayor sensibilidad a la insulina y un perfil lipídico más favorable. También se han demostrado efectos cardíacos positivos, con mejoramiento de la función cardíaca y reducción de la frecuencia cardíaca basal y del desarrollo de arritmias, cambios conocidos como “corazón de atleta”. Quince minutos de ejercicio al día disminuyen en un 14% la tasa de muerte por cualquier causa.
  • Abandono del tabaquismo: evitar el consumo de tabaco ayuda a no sufrir un infarto de miocardio. Los fumadores corren más riesgo de presentar episodios cardiovasculares agudos a una edad temprana que los no fumadores.
Éstos son ejes básicos y fundamentales para reducir los riesgos cardiovasculares, que ayudan a mantener registro de tensión arterial en valores normales, disminuir el perímetro abdominal, mantener valores de colesterol “malo” LDL bajos y mejorar el colesterol “bueno” HDL.

Emergencias

Ahora bien, además de la prevención, resulta fundamental estar preparados para actuar frente a una emergencia. “La cadena de vida es la secuencia de acciones que aumentan las chances de supervivencia ante un paro cardíaco. Comienza con el reconocimiento de los síntomas y la activación del sistema de emergencias, continúa con una RCP de alta calidad, sigue con la desfibrilación temprana mediante el uso de un Desfibrilador Externo Automático (DEA) y finaliza con la atención médica avanzada”, explicó El Haj.

RCP en adultos

  1. Sin ponerte en riesgo, ubicá a la persona en el piso boca arriba, asegurándote de que no haya obstrucción de la vía aérea.
  2. De rodillas y de manera perpendicular a la persona, posicioná la base de una mano en el centro del pecho y la otra mano encima de la primera.
  3. Con los brazos firmes y los hombros sobre el nivel de las manos, realizá compresiones de unos 5 cm de profundidad (100 por minuto) dejando que el tórax vuelva a su posición normal entre una y otra comprensión, de ser posible utilizá un DEA.
  4. Continuá realizando las compresiones sin interrupciones hasta que llegue el servicio de emergencias médicas y comience a practicar resucitación cardiopulmonar avanzada y cardiodesfibrilación.
  5. Deben realizarse dichas maniobras hasta el arribo de la ambulancia o hasta que el paciente recupere el pulso o la conciencia.

Maniobra de Heimlich

En casos de atragantamiento en personas adultas, aprender cómo realizar la maniobra de Heimlich puede hacer la diferencia. Cuando una persona se atraganta y no puede respirar, hablar o toser, es momento de actuar rápido:

  1. Ubicate detrás de la persona y rodeá su abdomen con ambos brazos.
  2. Cerrá un puño y colocá la base del mismo justo por encima del ombligo, en la boca del estómago (zona del epigastrio).
  3. Sujetá el puño con la otra mano y realizá movimientos firmes y rápidos hacia adentro y hacia arriba, como si intentaras levantar a la persona.
  4. Repetí las compresiones hasta que el objeto sea expulsado y la persona pueda volver a respirar.

Maniobra de Heimlich en caso de estar solo

Si aún pasa aire, intentá toser con fuerza para expulsar el objeto. Si no lo lográs, colocate de pie y presioná firmemente tu abdomen contra un objeto fijo y resistente como el respaldo de una silla, una mesa o una mesada. Apoyá la zona justo por encima del ombligo y realizá empujones repetidos hacia adentro y hacia arriba.

Si la persona pierde el conocimiento, debe colocarse en el piso y comenzar inmediatamente con RCP mientras llega el servicio de emergencias.

La importancia de saber cómo actuar ante una emergencia cardíaca o un atragantamiento radica en que, con simples maniobras realizadas a tiempo, se puede salvar una vida. Conocer la técnica correcta, mantener la calma y activar la cadena de supervivencia son pasos fundamentales. Es una responsabilidad compartida: cada uno de nosotros puede marcar la diferencia en esos segundos que resultan decisivos”, finalizó la doctora Débora Vizcaíno, directora médica de Acudir Emergencias Médicas.