Sam Altman, CEO de OpenAI, dejó a todos con la boca abierta este 28/10 durante una transmisión en vivo. Sin filtro, reveló que la compañía va camino a tener un asistente de investigación en prácticas para septiembre de 2026, y para 2028, un » investigador de Inteligencia Artificial legítimo» automatizado.
¿Esto es posible para OpenAI? Sam Altman dijo que sí
Jakub Pachocki, científico jefe de OpenAI, se sumó al show y fue todavía más lejos. Describió a este investigador artificial como «un sistema capaz de ejecutar de forma autónoma proyectos de investigación más amplios». O sea: le das un problema complejo de física, medicina o matemáticas, y la IA trabaja sola hasta resolverlo.
Pachocki tiró otro dato heavy: los modelos actuales ya igualan a los mejores profesionales humanos en competencias como la Olimpiada Internacional de Matemáticas. Y eso es solo el comienzo.
La idea es que estos sistemas dediquen mucho más tiempo computacional a analizar cada problema. Actualmente, los modelos gestionan tareas con un horizonte de unas cinco horas. Pero Pachocki asegura que ese límite se va a expandir drásticamente. Para grandes avances científicos, dice, valdría la pena dedicar la capacidad de centros de datos enteros a un solo problema. Sí, leíste bien: todo un data center trabajando en una sola pregunta.
Reestructuración millonaria y apuesta total al futuro
El timing del anuncio no es casualidad. OpenAI acaba de completar su transformación en una corporación de beneficio público, dejando atrás su modelo sin fines de lucro. Esto le permite captar capital de forma masiva y sin las limitaciones que tenía antes.
Altman no se guardó nada: confirmó que la empresa se comprometió a invertir 30 gigavatios de infraestructura durante los próximos años. ¿Cuánto es eso en plata? Una obligación financiera de 1,4 billones de dólares. Así, con catorce ceros.
La estrategia es doble: innovación algorítmica continua y escalar brutalmente el poder de cómputo. Pachocki sostiene que los sistemas de aprendizaje profundo están a menos de una década de alcanzar la «superinteligencia»: sistemas más inteligentes que los humanos en un gran número de acciones críticas.
