Silvia Luna, la moza que mató a la amiga por un video hot ahora es enfermera

Pasó solo tres años en la cárcel porque le redujeron la condena. Se fue de General Las Heras y tuvo un hijo.

Silvia Luna (41) y Juan Burgueño (55) habían decidido casarse. Convivían hace cinco años en General Las Heras pero querían celebrar el amor con una fiesta. La fecha elegida era el sábado 24 de abril de 2010. Ya habían reservado el salón y repartido las invitaciones. Pero la boda se canceló -y para siempre- cuando comenzó a circular fuerte el rumor de que una amiga de la novia iba a mostrar en el salón un video hot que probaba una supuesta infidelidad.

La versión derivó en un hecho trágico que cambió los planes y la vida de todos sus protagonistas. 

Hoy los novios deberían estar festejando diez años de matrimonio. O no. Lo cierto es que la muerte de Carola Bruzzoni (40) llevó a la cárcel a Silvia Luna, rompió definitivamente a la pareja y destrozó a toda una familia.  A diez años del crimen, la homicida vive en la localidad bonaerense de Monte Grande.

En diciembre de 2017 se recibió de enfermera y en la actualidad trabaja para una empresa de salud especializada en internación domiciliaria. No se casó pero re hizo su vida: se enamoró de un hombre que conoció en la cárcel, con el que vive y tuvo otro hijo (tenía dos con una pareja anterior a Burgueño).     

En el tradicional restaurante «Matute», donde ocurrió el crimen, el caso sigue siendo motivo de conversación. Carola y Silvia trabajaban como meseras. Hasta el dueño del lugar estaba al tanto del tema del video. “Una semana antes me enteré que había una filmación, un video porno. Que Luna se iba a casar y que Carola le iba a poner allí el video. Yo nunca me quise meter, pero era el comentario de toda la gente de afuera”, declararía el empresario en el juicio que se realizó en 2012.  

En el fallo de primera instancia se dio por acreditado que Luna «tomó la maza que estaba en la cocina y que en el marco de la discusión le aplicó un golpe de inusitada violencia en la cabeza con esa herramienta», que le provocó la muerte nueve días después. 

Los compañeros de trabajo fueron clave en el debate. La relación que mantenían las meseras era bastante cambiante, coincidieron casi todos. Algunos dijeron que “no las entendían”, porque “de golpe discutían (una vez llegaron a tomarse de los pelos) y al rato charlaban como si nada hubiera pasado o salían a cenar juntas”. 

Su prometido, Juan Burgueño, también se refirió al principal motivo del conflicto: “Yo confiaba en ella a ciegas, me decían que había un video y yo ni le preguntaba porque temía ofenderla.

El viernes antes de casarnos, mi hijo me mostró el video que tenía en el celular. Ni así lo pude creer. Por eso fui urgente para la casa. Le dije que teníamos que hablar pero en otro lado. Nos cruzamos a la plaza. Ella negó todo. Así estuvimos discutiendo hasta la madrugada.

La dejé con todo el dolor del alma. Y así me fui”, declaró.   Silvia fue detenida horas después del ataque. “Me quedé sin novio, sin vestido blanco para estrenar, con los anillos en el ropero, me quedé sin mi trabajo, me quedé sin estudio, me quedé sin nada; no tengo entusiasmo por vivir más. Me estaba por casar y me lo arruinaron, lo único que sé es que me arruinaron mi casamiento”, diría antes de ser arrestada. 

Carola agonizó nueve días Silvia pasó de estar acusada por el delito de “tentativa de homicidio” a “homicidio simple”. Dos años después del crimen, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº 3 de Mercedes la condenó a diez años de prisión como autora responsable del delito de “homicidio simple con dolo eventual”. Ella siempre manifestó que no tuvo intención de matar. 

En mayo de 2013, el Tribunal de Casación Penal le redujo la pena a cuatro años y medio de cárcel al entender que había actuado bajo emoción violenta, en un fallo que fue apelado por la querella. Dos meses después recuperó su libertad.

La familia de Carola manifestó su decepción por la decisión de los camaristas y desde entonces reclama que la acusada cumpla una pena acorde con el delito que cometió.  “El hijo, el marido, toda la familia, los amigos y todas las personas que queremos a Carola sufrimos por no tenerla desde el día que esta señora decide asesinarla”, escribió la tía de la víctima, en una carta que envió a la prensa. 

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