Una cadena pública británica emitió recientemente un documental titulado “¿Me quitará la IA mi trabajo?”, en el que la conducción estuvo a cargo de Aisha Gaban, una figura generada completamente por inteligencia artificial. La producción exploró los efectos de la IA en el mercado laboral: “Afectará la vida de todos en los próximos años. Y a algunos, les hará perder sus trabajos”, dijo la presentadora virtual.
El momento más impactante del programa llegó al final, cuando la imagen hiperrealista de la conductora rompió la ilusión y se explayó: “No existo”, afirmó, antes de aclarar que su voz e imagen habían sido generadas digitalmente. Añadió: “No estuve en los lugares para cubrir la noticia. Mi imagen y mi voz se generaron mediante inteligencia artificial”.
Ante la reacción generada, la jefa de noticias del canal, Louisa Compton, explicó que “usar un presentador generado por IA no es algo que vayamos a adoptar regularmente” y subrayó que “nuestra prioridad sigue siendo un periodismo de calidad, verificado, imparcial y digno de confianza, algo que la IA no es capaz de ofrecer”.
Este caso ya genera debates sobre los límites de la tecnología en los medios de comunicación. Este primer experimento podría ser solo el comienzo de un nuevo capítulo en la evolución de la televisión.