El cáncer de próstata es el tumor más diagnosticado en hombres en Argentina y el tercero en mortalidad, detrás del cáncer de pulmón y colorrectal. Aunque en la última década se lograron avances, el principal desafío aparece en los casos avanzados, cuando el tumor deja de responder a la terapia hormonal. Allí los pacientes progresan a lo que se conoce como cáncer de próstata resistente a la castración (CPRC), una etapa en la que las opciones terapéuticas son limitadas. En ese escenario, la reciente aprobación en el país del 177Lutecio-PSMA-617 representa una innovación clave. Se trata de una terapia con radioligandos -la primera de su tipo avalada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)- que combina diagnóstico y tratamiento en un mismo procedimiento.
Llave y cerradura
La doctora Isabel Hume, jefa de la sección de terapia con radiofármacos del Hospital Italiano y vicepresidenta de la Asociación Argentina de Biología y Medicina Nuclear, lo resume así: “Primero identificamos la cerradura -el marcador PSMA- y luego aplicamos la llave -el radiofármaco-. Esto nos permite administrar dosis altas de radiación de forma muy selectiva, con menos efectos adversos y mejor control de la enfermedad”.
Desafío
La aprobación en Argentina se basó en los resultados del estudio internacional VISION, que demostró que el 177Lutecio-PSMA-617 retrasa la progresión del cáncer, prolonga la supervivencia global y mejora la calidad de vida de los pacientes en comparación con los tratamientos convencionales.
Aunque por ahora está indicada en pacientes con enfermedad avanzada y resistente, los especialistas proyectan que en el futuro podría utilizarse en etapas más tempranas. “Nuestro desafío será formar más profesionales y habilitar nuevos centros para acompañar el enorme potencial de este tipo de terapias”, anticipó Hume.
