Doble femicidio de Chingolo: Afirman que el novio de Cristina actuó con “al menos dos personas”

Mariano Lizardo, abogado de la familia de Cristina Iglesias, la mujer asesinada y enterrada junto a su hija de 7 años en el fondo de su casa de la calle Purita al 4000, en Monte Chingolo, partido de Lanús, aseguró: “No tenemos ningún tipo de dudas de que Abel Romero participó del homicidio de Ada y Cristina. Pero entendemos que no pudo haber actuado solo sino que, debieron haber intervenido más personas, porque los cuerpos estaban perfectamente ocultados, hay una limpieza y lavado de todo el lugar”.

En diálogo con la prensa, Lizardo, detalló que madre e hijas “estaban enterradas en un pozo ciego con mampostería y material, y cubierto con tierra, de una forma muy prolija para ocultar los cuerpos. De hecho, varios perros, estuvieron en el lugar y no pudieron detectarlo, por eso se tardó dos o tres días hasta detectar que estaban ahí. Al no poder dar con Cristina y Ada se convocó a Bruno, el perro de raza weimaraner de los bomberos de Escobar, quien marcó exactamente el lugar donde estaban”.

Si bien una de las versiones que circuló en torno al móvil del doble femicidio fue que podría tratarse de cuestiones relacionadas a la venta de drogas, el letrado aseveró: “Más allá del contexto, para el fiscal (Jorge Grieco), no deja de ser un doble femicidio porque era la persona conviviente, eran dos mujeres, una de ellas menor y, no era el papá de la nena”.

Abel Romero, de 25 años, fue detenido el viernes por la noche en Rafael Calzada como principal sospechoso luego de que la policía lo encontrara caminando por la calle e incumplía la cuarentena. Este lunes será indagado por el fiscal Jorge Grieco, de la UFI N°2 de Lanús, quien dispuso la aprehensión por el doble crimen.

Por su parte, Milagros, la sobrina de Cristina, señaló: “Sabemos que fueron tres personas o más. Uno fue Abel Romero, quien las entregó. Esto no puede quedar así, porque la criatura no tenía la culpa. Ella (por Ada) era una nena muy feliz”.

Según contó la sobrina de la víctima, Cristina habitaba la casa de Monte Chingolo desde que nació Ada. Ambas vivían solas hasta que apareció Abel Romero, con el que la mujer se puso de novia hace menos de dos meses.

“Él (por Romero) se hacía pasar como una persona re buena y, esto ya estaba todo premeditado. Ella (por Cristina), estaba contenta, porque él le compraba las galletitas que le gustaba a la nena. Eso fue parte de la manipulación que ejercía hacia ella, son cosas que ella no lo pudo ver, la manera en que la expuso es increíble”, expresó con mucho la joven.

La última vez que la familia de Cristina Iglesias tuvo contacto con ella fue el miércoles 25. Luego intentaron ubicarla a través de mensajes de WhatsApp pero nunca más volvió a contestar.

Yo creo que ella sabía en que andaba él. No creo que la haya matado por un ataque de celos, porque él estaba con ella por conveniencia, porque sabía que en la casa vivía sola con la nena. Ella (por Cristina) venía arrastrando muchísimas cosas turbias, movidas, movimientos, personas. Se confiaba de cualquiera y, le contaba sus problemas a la gente, en vez de apoyarse en la familia. La familia no estaba de acuerdo en todas las cosas que ella hacía y, claramente, sentía que no podía confiar en nosotros”, confió, Milagros, en diálogo con este portal.

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.