¿JAVIER MILEI NO QUIERE QUE SALGA LA LEY ÓMNIBUS? SOSPECHAS, TENSIONES Y UN CLIMA EXTRAÑO EN EL CONGRESO

La negociación con la oposición dialoguista no termina de cerrar. Y surgen las teorías conspirativas. Qué responden en el Gobierno.

Eduardo Paladini

«Preferimos que piensen que somos boludos». Un funcionario de los más activos del Gobierno nacional responde sin eufemismos cuando Clarín lo consulta por una duda que cruza el accionar libertario ya desde la campaña. ¿Genios o improvisados? ¿Lo hacen a propósito o se les escapa?

La pregunta, recurrente, apareció por ejemplo con las irrupciones mediáticas de la cosplayer candidata Lila Lemoine, con los pormenores del noviazgo de Milei y Fátima Florez, y, más acá en el tiempo, con las propuestas que fueron llegando al Congreso. ¿De verdad quieren que vuelvan la toga y el martillo para los jueces o quieren que se hable de eso?

Hace días, como anticipó este diario, el interrogante llegó a un extremo. ¿Quiere realmente Milei que salga la Ley Ómnibus? «Empezamos a dudar si realmente quieren sacar la ley o que se caiga todo y acusar a la oposición de no querer ceder privilegios y avanzar con otras herramientas», especulaba una fuente que sigue el debate desde adentro.

En entrevistas públicas y conversaciones privadas, la hipótesis volvió a ser abonada por dos de los principales negociadores de la oposición dialoguista: los diputados Nicolás Massot (de la bancada variopinta que conduce Miguel Pichetto) y Rodrigo de Loredo (jefe del bloque de la UCR).

Para despejar sospechas propias y alimentar ajenas, incluso, el cordobés confirmó en la tarde de este miércoles que su espacio (34 legisladores) dará quórum y votará a favor en general en la sesión de mañana.

Pero, ¿por qué querría Milei que no salga la ley? Según la teoría de Massot y dos analistas de la política, «para culpar a la oposición, construir un enemigo y avanzar con las reformas sin pasar por el Congreso».

Massot fue un paso más allá: dijo que no le extrañaría que la operación incluyera campañas de desprestigio contra los diputados opositores. Los famosos carpetazos, que suelen generar fuerte impacto en la opinión pública, aun cuando luego no siempre tengan correlato judicial.

El diputado de Hacemos reveló su sorpresa cuando el ministro Guillermo Francos dijo que no se había hablado de la coparticipación del Impuesto País, «cuando fue algo que se conversó adelante de 40 personas». El modo de negociar y la desautorización a los interlocutores del oficialismo también desconcierta.

«Me dijeron que están yendo a ver uno a uno a los diputados del PRO para mostrarles datos de supuestas cuentas en el exterior y otros gastos injustificados para asustarlos», avivó el temor una fuente del kirchnerismo.

«Milei ya avanzó con la subas de naftas, de prepagas. Si esto empeora, la gente protesta y no sale la ley, tiene a quién culpar. Mientras, la mayor parte del DNU sigue vigente«, completa el dirigente K vía whatsapp, y acompaña el comentario con un gift de contenido sexual.

«Con la devaluación y la mayor cosecha, por ejemplo, el Gobierno va a tener muchos más recursos del campo aun sin subir las retenciones. Y si no actualiza la fórmula de jubilaciones, la movilidad actual te hace el ajuste «, se suma a la hipótesis una fuente opositora.

La respuesta del Gobierno

En el Gobierno, previsiblemente, niegan cualquier conspiración. Y vuelven a cargar contra los gobernadores. «Muchos se dieron cuenta que sin el paquete fiscal, las provincias no pueden sobrevivir. Se desesperan ahora y dicen cualquier cosa«, contestó una fuente oficial ante el planteo de este diario.

Se refiere al anuncio del ministro Luis Caputo del viernes por la noche, cuando adelantó que se retiraba del proyecto lo referido a retenciones y otros impuestos para destrabar la discusión. El ex funcionario de Macri es de los más críticos de los gobernadores y dijo que, sin esa herramienta, recortará más los recursos provinciales. Es una de las peleas centrales.

«El paquete fiscal mejoraba los ingresos y no teníamos que recortarles a las provincias. Ellos por lo único que pelean es por los recursos de ellos, no les importa el país«, completó un fuente oficialista, también muy dura con los mandatarios.

El otro Caputo

Uno de los apuntados por la estrategia de confrontación es otro Caputo, Santiago, nombrado ahora sí oficialmente como asesor presidencial.

Como ocurría con Marcos Peña durante el gobierno de Mauricio Macri, la estrategia comunicacional libertaria y la figura de este funcionario generan su propio debate.

Una fuente que lo conoce desde la campaña, y le atribuye un mérito «enorme» por el triunfo en el balotaje, de alguna manera vuelve al arranque de la nota: «Puede ser un loco, pero seguro no es un boludo«.

 

Fuente: Clarin