3 diciembre, 2024

Lía Crucet, un ícono de la movida tropical: la historia detrás de sus éxitos

La cantante falleció esta mañana a los 72 años por un cáncer broncopulmonar.

La cantante Lía Crucet fue un ícono de la cumbia tropical y será recordada por su música en los sectores populares y fiestas; una historia que inició junto a Roberto Fontana, hasta su amistad con “La bomba tucumana” que la acompañó en sus últimos días hasta antes de su fallecimiento esta mañana, a los 72 años.

Delia “Lía” Crucet era oriunda de Gerlinació el 8 de agosto de 1952 y vivió junto a sus tres hermanos en el seno de una familia humilde. Se casó a sus 18 años, fue madre de Karina y poco tiempo después se separó.

Lía cantó desde fines de los ‘80 y apuntó al liderazgo femenino sin competir con sus colegas. Con una imagen exuberante, desbordó de sensualidad los escenarios de la bailanta.

La artista subió a las tablas por primera vez en José C. Paz, en el boliche Tornado. Corría 1988 cuando lanzó su primer hit, “Yo no soy abusadora”. Quizás, hace algunas décadas, el feminismo no estaba tan marcado como en la actualidad, sin embargo Lía habló de cómo una mujer erradica de su vida, a un hombre que no la valora y le cantó a su ex marido en el video clip.

Más tarde, Roberto Fontana le dio lugar en su programa “A pleno sábado”, lo que catapultó su carrera. En el mismo espectáculo tenían lugar artistas como Los Wawancó, Antonio Ríos y Alcides.

Por su parte, Gladys “La bomba tucumana” inició su carrera en 1984 y, como ambas eran cabecillas de la bailanta, los medios buscaron enfrentarlas en más de una oportunidad. Sin embargo, Lía siempre calificó a “La bomba” como su gran amiga.

Tal es así que en marzo de este año, Gladys la visitó en el geríatrico donde estaba internada y la imagen se viralizó rápidamente. Dos reinas de la movida tropical ante el paso de los años: una “Bomba” más centrada que abrazaba a una Lía en silla de ruedas totalmente demacrada y algo ida.

Además, dos meses antes del encuentro, la tucumana estrenó una sesión en vivo con dos homenajes icónicos: la reinterpretación de “La Güera Salomé” y “Que Bello”.