El dolor de los padres de Fernando Báez Sosa a seis meses de su muerte: «Estamos muertos en vida y sólo le pedimos a Dios que nos de un poco de paz»

Silvino y Graciela contaron que, antes de la pandemia, se reunieron con familias que habían vivido lo mismo que ellos y que les preguntaron «cómo habían hecho para poder seguir viviendo».

Seis meses ya pasaron desde el asesinato de Fernando Báez Sosa a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell a manos de los rugbiers, quienes actualmente están detenidos en el penal de Dolores.

«Estos seis meses fueron muy duros y creo que el resto de nuestra vida va a ser dura. No hay momentos buenos ni malos. Solo dolor”, dice Silvino Báez, su padre, en diálogo con Infobae.

Por su parte, Graciela agrega emocionada: “Todavía recuerdo cuando nació. Un bebé hermoso: pesaba 3 kilos 750. Fue un chico muy esperado por los dos y con él hemos pasado los mejores momentos de nuestra vida».

La pareja cuenta que son creyentes desde siempre pero que, tras la muerte de Fernando, se aferraron más que nunca a Dios. “Le pido que nos de fuerzas, que podamos sobrellevar este dolor y tener un poco más de paz. Hasta el momento, no la encontramos”, confiesa Silvino.

“Me levanto con una tristeza terrible de no saber qué hacer y lloro. Después empiezo a rezar y es como que se me calma un poco el corazón. De un día para el otro se nos fue la alegría: estamos muertos en vida”, agrega.

La pareja cuenta que, además del encierro que todos los argentinos vivimos por la cuarentena obligatoria, se les hace muy difícil seguir con su vida ya que tampoco pueden visitar a sus familiares que viven en Paraguay.

“Nos quedamos solos y la presencia de Fernando nos hace falta. Lo extrañamos demasiado”, cuenta Silvino, quien tampoco pudo ir actualmente al cementerio a visitar a su hijo.

Los papás del joven también intentaron antes de la pandemia  reunirse con un grupo de padres que habían atravesado una situación similar a la de ellos. «Nos hizo bien. Mi única pregunta siempre fue: ¿Cómo hicieron para soportar tanto dolor?”, planteó Graciela.

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