El Gobierno está reaccionando ante la derrota electoral de la peor manera para la economía. La intervención del Banco Central, después de dejar correr el dólar muy arriba del techo de la banda cambiaria. – Nota de Maxi Montenegro en PlanM.com.ar
Tras la inesperada y aplastante derrota del Gobierno de Mauricio Macri por 15 puntos frente a la fórmula Fernández-Fernández, el dólar se disparó y cerró en 57,30 pesos para el público minorista. En algunos bancos terminó en 60 pesos para la venta. Esto es 11 pesos arriba del viernes pasado, cuando se difundieron encuestas que mostraban paridad entre las fórmulas del Frente de Todos y Juntos por el Cambio que garantizaban la calma cambiaria.
Las acciones y bonos argentinos se desplomaron. La caída del índice Merval, que contiene a las principales acciones argentinas, tuvo su segunda peor caída de la historia: 38% medida en pesos. Si se mide en dólares, la pérdida fue de casi 50%. Es la peor caída tras el colapso de la convertibilidad en el año 2002.
En tanto, los bonos soberanos perdieron entre 24% y 35% en la jornada de hoy. Así el riesgo país se disparó 68%, hasta los 1460 puntos, récord en los últimos 10 años.
Para contener al dólar el día después de las PASO el Banco Central vendió 105 millones de dólares de sus reservas internacionales. Esto sumado a los U$S 60 millones diarios que vende el Tesoro del préstamo del FMI. A la vez que el BCRA también vendió fuerte contratos de “dolar futuro”.
Sin embargo, la intervención del Banco Central recién apareció después del mediodo, tras dejar correr la cotización muy por encima del techo teórico de la banda cambiaria que se había fijado con el FMI, de 51,50 pesos para el dólar mayorista, límite en el cual el BCRA se suponía que debía vender hasta U$S 250 millones.
La tasa de interés de las Leliq llegó al 75%, con una suba de 11 puntos respecto del viernes. Pero aún así Guido Sandleris no pudo renovar un total de 158.800 millones de pesos. Los bancos que emita semejante cantidad de pesos, porque del otro lado del mostrador tuvieron un gran desarme de posiciones empezos que debían cubrir. Según un ejecutivo de primera línea de un banco líder, el día después de las PASO hubo desarmes de Fondos Comunes de Inversión en pesos (plazo fijos y bonos) por unos $ 100.000 millones, poco más del 10% del total del sistema. Esos pesos quedarán liberados en las próximas horas también para presionar sobre el dólar.
El Gobierno mostró muchas dificultades para administrar la derrota electoral. Y lo está haciendo de la peor manera. En la conferencia de prensa que brindó Macri y Pichetto a la tarde, terminaron cargando las responsabilidades de la debacle financiera sobre Alberto Fernández . Y no realizaron una autocrítica sobre el traspié de las PASO.
Alberto Fernández por su parte, no tiene incentivos a anunciar su plan económico y aún no se sabe quiénes serán sus asesores económicos, ni su interlocutor con el FMI, lo cual acrecienta la incertidumbre sobre el verdadero rumbo económico desde diciembre.
El Gobierno continua en modo electoral bajo la estrategia marketing dirigida por Durán Barba y Marcos Peña. Inevitablemente este salto cambiario se va a trasladar a precios y acelerará la inflación de agosto y septiembre.
Las principales empresas alimentarias ya anunciaron un aumento del 10% en productos esenciales de la canasta básica.
Las próximas 48 horas son claves para poner “paños frios” a la situacion cambiaria. Claramente, hay un caída fuerte en la demanda de dinero .Y esta situación se puede descontrolar si no se toman medidas y se recrea desde el Gobierno un horizonte distinto del que viene repitiendo en modo electoral: “nosotros o el caos; nosotros o la vuelta al cepo; nosotros o Argentina va a Venezuela el 10 de diciembre”.
Se debe monitorear de cerca la evolución de los depósitos a plazo fijo, que podría volcarse a atesoramiento en moneda extranjera. Si el panico llegara a extenderse en el tiempo, vale señalar que más del 70% de los depósitos están colocados a menos de 60 días.
La consecuencia de polarización extrema como estrategia de campaña del oficialismo no hace más que potenciar la crisis .Es necesario una apertura al diálogo entre el Gobierno y Alberto Fernández para frenar el tsunami financiero, que empezará a verse reflejado en los próximos días en la economía real: más devaluación, más tasa de interés, más inflación, más caída del consumo, más recesión, más pérdida de empleos.
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